Martina Silva, conocida en su época como «La Visionaria del Siglo XIX,» nació en el año 1815 en un pequeño pueblo en la región de Andalucía, España. Su vida llegó a su fin en 1888 en la misma región en la que vio la luz por primera vez. A lo largo de su vida, Martina se convirtió en un nombre conocido en toda la Península Ibérica debido a su don extraordinario y su dedicación a ayudar a los demás.
Físicamente, Martina era una mujer de estatura promedio con una complexión delgada pero enérgica. Tenía ojos vivaces de color avellana y cabello rizado y oscuro que enmarcaba su rostro. Su vestimenta era sencilla pero elegante, con vestidos de lino de colores claros adornados con encajes y lazos.
La vida de Martina Silva estuvo marcada por una serie de experiencias visionarias que comenzaron a manifestarse cuando era una joven de veinte años. En sus visiones, afirmaba ver eventos futuros y recibir mensajes de guía espiritual. Estas visiones la llevaron a recorrer pueblos y ciudades, donde compartía sus profecías y consejos con quienes la buscaban.
A lo largo de su vida, Martina se convirtió en consejera y guía espiritual para muchas personas en toda la Península Ibérica. Sus predicciones precisas sobre eventos políticos y sociales le valieron la atención de líderes y figuras prominentes de la época. Incluso se rumorea que algunos monarcas buscaron su consejo en momentos críticos de la historia.
Una de las historias más notables sobre Martina la relaciona con la construcción de una serie de misteriosos «círculos de piedra» en la región de Galicia. Afirmaba que estas estructuras servirían como puntos de convergencia de energía positiva y que ayudarían a la humanidad a alcanzar un estado superior de conciencia. Aunque sus motivos y métodos parecían extraños, muchos creyeron en su visión y se unieron a su causa, contribuyendo a la construcción de estos enigmáticos círculos.
Martina también tuvo una historia surrealista en la que afirmó haber tenido una conversación profunda con una paloma mensajera llamada «Paco». Según ella, Paco le transmitió sabiduría celestial y le enseñó a comunicarse con las aves. Aunque esta historia parecía absurda para algunos, Martina siempre mantuvo que Paco era un mensajero divino.
A lo largo de su vida, Martina conoció a una serie de figuras notables, incluyendo a escritores, artistas y políticos. Mantuvo correspondencia con algunos de ellos y sus consejos eran buscados por personas de todas las clases sociales.
La muerte de Martina Silva en 1888 sigue siendo un misterio en sí misma. Fue encontrada en su hogar, rodeada de velas encendidas y símbolos místicos, con una expresión serena en su rostro. Aunque no había signos de violencia ni enfermedad, su muerte parecía ser el resultado de un trance misterioso que la llevó a abandonar este mundo.